Escoge tu Reina: ¿Clavel o Rosa?

Así, en una muestra de ingenio, frescura y bravura, Quevedo se acercó a la reina con un clavel blanco en una mano y una rosa colorada en la otra mano y le dio a seleccionar entre ambas flores con el próximo calambur: Entre el clavel blanco y la rosa colorada, su majestad escoja .

ésta cima del vicio y del insulto; éste, en quien hoy los pedos son sirenas, este es el culo, en Góngora y en culto, que un bujarrón le conociese apenas.

Francisco de Quevedo fue un escritor español del siglo XVII.
Sirvió a Felipe III y a Felipe IV en misiones segregas, fue defendido del duque de Osuna y padeció los rigores del valido del segundo de los monarcas, el conde-duque de Olivares.

El amigote ha de haber sido como la sangre, que acude entonces a la herida sin aguardar a que le llamen . Los que de corazón se quieren sólo con el corazón se charlan . El amor es fe y no ciencia . Todos los que parecen necios, lo son y, además de esto asimismo lo son la mitad de los que no lo semejan .

Nadie ofrece tanto como el cual no va a cumplir . La insolencia jamás bajita de donde sube, pero siempre y en todo momento cae de donde subió . Las vocablos son como monedas, que una vale por muchísimas como muchas no valen por una .

Quevedo y Góngora eran voluminosos contrincantes y su correlación es completamente visible en los varios poemas que se ‘dedicaron’ el uno al otro. Versos cargados de insultos y de metáforas despectivas que no permiten de haber sido un reflejo más de la relación que tenían uno con otro.

Un peje es un pez: Quevedo compara a Góngora con un pez espada, además de esto con barba porque Góngora era de supuesto origen judío. Un reloj de sol mal encarnado: un triángulo mal colocado, infructuoso. Una alquitara era un alambique, cuya forma carcelero similar con una nariz aguileña.

La rivalidad comenzó como un simple duelo literario. Ambos eran muy satíricos y eran continuos los piques que se lanzaban entre versos. Pero la enemistad no surge en Madrid como muchos creen. Surge en Valladolid, cuando en 1601 trasladan allí la Sesgo.

‘Yo te untaré mis propias versos con tocino..’ una de las múltiples y famosas sátiras literarias que Quevedo dedicó a su enemigo, Góngora, y en la cual no duda en dejar claro el nombre completo del objeto de sus mofas, ridiculizar su labor como versista, rozar el insulto y sugerir sin miramientos que el cordobés, que era sacerdote católico y

Recordemos que el conflicto entre ambos brotó a modo de duelo literario, esto es, se enviaban poemas satíricos en los que se metían uno con otro. El más conocido y conocido de todos es el de ‘A un hombrecito de gran nariz’ de Quevedo y que increpaba de constituye directa a Góngora resaltando su nariz sobresaliente.

Felipe III española, denominado «el Piadoso» (La capital de españa, 14 de abril de 1578-La villa de madrid, 31 de marzo de 1621), fue rey de España y de Portugal desde el 13 de septiembre de 1598 hasta su muerte.

Felipe II española
Tratamiento	Su Católica Majestad
Nacimiento	21 de mayo de 1527 Valladolid, España
Fallecimiento	13 de setiembre de 1598 (71 años) San Lorenzo de El Escorial, España
Sepultura	Cripta Real del Monasterio de El Escorial

La poesía de Quevedo expresa unas preocupaciones y actitudes que, en cierta dimensión, son universales, pero no deja tampoco de haber sido universal en otra mesura la retransmisión de una experiencia cultural, la del versista, que se comunica con sus lectores a través de la manipulación de un lenguaje en el que se encuentra fijada la

El empleo de la conjunción y dentro del verso: soy un fue, y un será, y un es fatigado nos da la sensación de lentitud, de recreación dentro del clima, de alargar algo que sabemos que es ineludible, como es la muerte.

Es hielo abrasador, es fuego gélido, es herida que duele y no se está sintiendo, es un soñado bien, un mal presente, es un breve reposo muy cansado. Es un descuido que nos da cuidado, 5 un cobarde con nombre de valiente, un andar solitario entre la gente, un querer nada más ser amado.

Tema. Como el característico calificativo indica, el poema nos presenta una definición del amor que se centra en los comportamientos y emociones contradictorias que este mismo sentimiento produce. Dentro del crecimiento del tema vemos cómo es que Quevedo se ciñe a las metáforas tradicionales del amor: El amor como fuego.