Las Estrellas: Un Resplandor Celestial

Esta categorización engloba 7 tipos primordiales: O, B, A, F, G, K y M, con colores que van del azul al rojo. Sin embargo, la categorización espectral de Yerkes o sistema MK, que arribó después, tiene en enumera tanto la temperatura estelar como la gravedad superficial, que influye en la iluminación.

El color de las estrellas nos afirma cuál es la temperatura en su superficie: las estrellas rojas son la de menor temperatura, unos 3.500 ºc, mientras que las estrellas azules alcanzan los 30.000 ºc. El Sol, siempre y en toda circunstancia tan modesto, tiene ese color amarillo típico de los 6.000 ºc.

Como para discernir un planeta de una estrella hay que prestar atencion a la luz. Si titila o parpadea se trata de una estrella, y si se sostiene fija estaremos viendo un mundo. Las estrellas son astros muy lumínicos pero se encuentran muy lejos. De hecho, la aleja no se mide en kilómetros, sino más bien en años luz.

La composición química de las estrellas es sobre todo hidrógeno y helio en estado gaseoso y son exactamente éstos elementos químicos los responsables de su alta energía y, por consiguiente, de su brillo.

Las estrellas y los planetas son cuerpos celestes muy distintos. Una estrella es una bola coloso de plasma que genera energía gracias a las reacciones de fusion que se generan en su núcleo. Por contra, un planeta es un cuerpo, rocoso o bien gaseoso, de menor tamaño que orbita en compresor a una estrella.

Las estrellas son cuerpos celestes colosales, compuestos primordialmente por hidrógeno y helio, que generan luz y calor a cuartear de sus propios arremolinadas fundiciones nucleares. Aparte del Sol, todos y cada uno de los puntos luminosos que vemos en el cielo se hallan a años luz de la Tierra.

Una estrella tipica se divide en núcleo, manto y atmósfera. En el núcleo es donde se generan las reacciones nucleares que generan su energía. El manto transporta dicha energía cara la superficie y según cómo es que la trasporte, por convección o bien por radiación, se va a dividir en dos zonas: radiante y convectiva.

Según su luminosidad y temperatura.
Dependiendo de qué tan brillantes e intensas sean, se clasifican en (de menor a mayor intensidad y brillo): enanas blancas, sub-enanas, estrellas diminutas (como nuestro propio Sol), sub-gigantes, colosales, gigantes luminosas, supergigantes, supergigantes lumínicas o bien hipergigantes.

Las estrellas cambian en color del azul al amarillo al naranja y al rojo. blancas azuladas, amarillas, anaranjadas y coloradas. El color puede descubrir algo esencial acerca de una estrella: la temperatura de su superfície.

La clase de luminosidad 0 o las estrellas Ia+ son hipergigantes, la clase de estrellas I para las supergigantes, la clase II son colosales radiantes, la clase III para gigantes regulares, la clase IV son subgigantes, la clase V como para estrellas de la secuencia principal, la clase VI son subenanas, y la clase VII como para

Como para discernir una estrella de un planeta cuando estamos mirando al cielito debemos fijarnos en si la luz parpadea. La característica primordial es que la luz del mundo no parpadea y la de la estrella sí.

Las estrellas son los únicos astros que brillan con luz distintiva y emiten calor. La estrella más próxima a la Tierra es el Sol, que nos proporciona luz y calor. Las estrellas se reúnen formando galaxias.

Las estrellas estaban hechas, eminentemente, de hidrógeno y helio (con un 75% y un 24% de la masa total respectivamente). En la corteza terrestre, el hidrógeno es el tercer elemento más abundante despues del oxígeno y el silicio mientras tanto que helio es un elemento químico muy extraño.

Cada estrella además de esto se clasifica según su iluminación, añadiéndole un número de teléfono romano a la letra y número de teléfono previos, adonde las 0 son hipergigantes exageradamente lumínicos, las Ia Iab y Ib supergigantes de diversa luminosidad, IIb son colosales luminosos, III son estrellas radiantes normales, IV son subgigantes y V son

Los elementos más insistentes se están pudiendo formar por la fusión de núcleos de helio y por la captura de neutrones por parte de núcleos más complejos.