Exterorreceptores e interorreceptores: una mirada a los receptores sensoriales - 3 - septiembre 16, 2023

Exterorreceptores e interorreceptores: una mirada a los receptores sensoriales

Externos o exterorreceptores: son aquellos que captan los estímulos externos. En función del tipo de estímulo al que responden se distinguen:

  1. Quimiorreceptores:
  2. sensibles a sustancias químicas.

  3. Mecanorreceptores: sensibles a los estímulos mecánicos, como presión, contacto, roce, ondas sonoras.

Además de los quimiorreceptores y mecanorreceptores, existen otros tipos de exterorreceptores que también son importantes en la captación de estímulos externos:

  • Fotorreceptores: sensibles a la luz y responsables de la visión. Los ojos son el órgano principal en el que se encuentran los fotorreceptores.
  • Termorreceptores: sensibles a los cambios de temperatura. Estos receptores se encuentran en la piel y permiten al cuerpo percibir y responder a los cambios de temperatura del entorno.
  • Nociceptores: sensibles al dolor. Estos receptores son responsables de la detección de estímulos dolorosos y ayudan al cuerpo a protegerse de posibles daños.
  • Electrorreceptores: sensibles a los campos eléctricos. Estos receptores se encuentran principalmente en algunos animales, como los tiburones, y les permiten detectar campos eléctricos generados por otros organismos.

¿Cuáles son algunos ejemplos de exteroceptores?

Los exteroceptores son receptores sensoriales que se encuentran en la superficie del organismo y tienen como función captar la estimulación del medio ambiente. Estos receptores nos permiten percibir y procesar la información sensorial del entorno que nos rodea. Algunos ejemplos de exteroceptores son los cinco sentidos clásicos: la visión, la audición, el olfato, el gusto y el tacto.

La visión nos permite percibir la luz y los colores, y nos proporciona información sobre la forma, el tamaño y la distancia de los objetos. La audición nos permite percibir los sonidos y nos ayuda a comunicarnos y a orientarnos en el entorno. El olfato nos permite percibir los olores y nos ayuda a identificar y diferenciar distintos olores en el ambiente. El gusto nos permite percibir los sabores y nos ayuda a disfrutar de los alimentos y a distinguir entre diferentes sabores. El tacto nos permite percibir las sensaciones táctiles como el frío, el calor, la presión y el dolor, y nos ayuda a interactuar con nuestro entorno.

Además de estos sentidos clásicos, también existen otros exteroceptores que nos permiten percibir y procesar diferentes estímulos del medio ambiente. Por ejemplo, los receptores de la piel nos permiten percibir el tacto, la presión, la temperatura y el dolor. Los receptores de los ojos nos permiten percibir la luz y los colores. Los receptores de los oídos nos permiten percibir los sonidos. Los receptores de la nariz nos permiten percibir los olores. Y los receptores de la lengua nos permiten percibir los sabores. Estos exteroceptores nos proporcionan información importante sobre nuestro entorno y nos ayudan a interactuar con él de manera adecuada.

¿Dónde se encuentran los exteroceptores?

¿Dónde se encuentran los exteroceptores?

Los exteroceptores son receptores sensoriales que se encuentran en la piel, la cual se origina embriológicamente del ectodermo. Estos receptores se encargan de captar estímulos del entorno externo, como el tacto, la presión, la temperatura y el dolor. Los exteroceptores están distribuidos por todo el cuerpo, pero se encuentran en mayor concentración en las áreas más sensibles, como las yemas de los dedos, los labios, la lengua y los genitales externos.

Los exteroceptores son esenciales para la percepción del mundo exterior y para nuestra interacción con el entorno. Por ejemplo, los receptores táctiles nos permiten sentir el contacto físico con los objetos y las personas, mientras que los receptores de temperatura nos ayudan a percibir el frío y el calor. Además, los exteroceptores también desempeñan un papel importante en la protección del cuerpo, ya que nos alertan sobre posibles daños, como el dolor producido por una quemadura o una lesión.

¿Cuáles son los cinco tipos de receptores sensoriales?

¿Cuáles son los cinco tipos de receptores sensoriales?

Otro criterio muy utilizado es el que atiende a la naturaleza física del estímulo, según el cual los receptores se clasifican en:

Mecanorreceptores: Son responsables de detectar el estímulo mecánico, como la presión, la vibración y el tacto. Estos receptores se encuentran en la piel, los músculos y las articulaciones, y nos permiten sentir el contacto con objetos y percibir diferentes texturas.

Termorreceptores: Son los encargados de detectar los cambios de temperatura en el entorno y en nuestro propio cuerpo. Estos receptores se encuentran en la piel y en algunas partes del sistema nervioso central, y nos permiten sentir el calor y el frío.

Nociceptores: Son los receptores del dolor. Estos receptores se encuentran en todo el cuerpo y son responsables de detectar estímulos potencialmente dañinos, como el calor extremo, el frío intenso o el pinchazo. Su función es alertarnos sobre posibles lesiones o daños en nuestro cuerpo.

Fotorreceptores: Son los receptores encargados de la visión. Se encuentran en la retina del ojo y son sensibles a la luz. Estos receptores convierten la energía luminosa en señales eléctricas que son enviadas al cerebro, permitiéndonos percibir el mundo visualmente.

Quimiorreceptores: Son los receptores responsables de detectar sustancias químicas en el entorno y en nuestro cuerpo. Estos receptores se encuentran en los órganos del gusto y del olfato, permitiéndonos percibir los sabores y los olores.

Los receptores sensoriales son fundamentales para nuestra capacidad de percibir el mundo que nos rodea. Cada uno de ellos cumple una función específica y nos permite tener una experiencia sensorial completa y rica. Gracias a la información que reciben, nuestro cerebro es capaz de interpretar y comprender el entorno en el que nos encontramos.

¿Qué perciben los interoceptores?

¿Qué perciben los interoceptores?

Los interoceptores son receptores sensoriales ubicados dentro del organismo, en los aparatos respiratorio, digestivo y en general, en las vísceras. Estos receptores captan información sobre el estado interno del cuerpo, permitiendo la percepción de sensaciones como el hambre, la sed, el bienestar, entre otras.

Los interoceptores son esenciales para mantener el equilibrio y la homeostasis del organismo. Por ejemplo, los receptores de la saciedad en el aparato digestivo nos indican cuando hemos comido lo suficiente, evitando que sigamos ingiriendo alimentos en exceso. Del mismo modo, los receptores de la sed en el sistema respiratorio nos alertan cuando es necesario hidratarnos.

Además de estas sensaciones básicas, los interoceptores también están implicados en la percepción de emociones y estados de ánimo. Por ejemplo, los interoceptores pueden influir en la sensación de bienestar, permitiendo que nos sintamos cómodos y satisfechos.

¿Cuáles son los receptores internos?

Los receptores internos, también conocidos como enteroceptores, son terminaciones neuronales que se encuentran distribuidas por todo el organismo, en todos los órganos y tejidos. Su función principal es captar la información del estado fisiológico del ser vivo en cada momento. Estos receptores son responsables de detectar y enviar señales al sistema nervioso central sobre diferentes aspectos del organismo, como la temperatura corporal, la presión arterial, el nivel de oxígeno en la sangre, la concentración de glucosa en el cuerpo, entre otros.

La información captada por los receptores internos es procesada por el sistema nervioso central y se utiliza para regular y mantener el equilibrio homeostático del organismo. Por ejemplo, si el nivel de glucosa en la sangre es demasiado bajo, los receptores internos detectan este cambio y envían una señal al sistema nervioso central, que a su vez activa los mecanismos necesarios para aumentar la producción de glucosa o disminuir su consumo.