Si alguna vez has mirado tu garganta en un espejo, es posible que hayas notado venas rojas que parecen sobresalir. Aunque puede ser alarmante, en realidad es algo bastante común. En este post, vamos a explorar qué significan estas venas rojas en la garganta y si deberías preocuparte por ellas. Sigue leyendo para descubrir más sobre este tema.
¿Qué significa tener venas rojas en la garganta?
A menudo, las venas rojas en la garganta pueden ser el resultado de la obstrucción de la circulación sanguínea a través de la vena porta, que transporta la sangre desde el intestino, el páncreas y el bazo hasta el hígado. Esta obstrucción puede deberse a diversas condiciones médicas, como la cirrosis hepática, la trombosis de la vena porta o la insuficiencia cardíaca. Cuando la circulación sanguínea se ve comprometida, las venas pueden dilatarse y volverse más visibles, lo que puede manifestarse como venas rojas en la garganta.
Las várices esofágicas son otro posible motivo de la presencia de venas rojas en la garganta. Estas várices son venas agrandadas en el esófago, es decir, en el conducto que conecta la garganta con el estómago. La presencia de várices esofágicas puede estar asociada con enfermedades hepáticas, y en casos graves, pueden causar sangrado, lo que representa una condición médica seria que requiere atención especializada.
¿Qué son las várices en la garganta?
Las várices esofágicas son venas anormales dilatadas en el tubo que conecta la garganta con el estómago, es decir, en el esófago. Esta afección ocurre con mayor frecuencia en personas que padecen enfermedades hepáticas graves, como la cirrosis hepática. La cirrosis puede causar un aumento de la presión en la vena porta, que a su vez puede llevar a la formación de várices en el esófago. Estas várices representan un riesgo de sangrado, ya que al dilatarse, las paredes de las venas se debilitan y pueden romperse, provocando hemorragias potencialmente graves.En algunos casos, las várices esofágicas no presentan síntomas hasta que se produce una hemorragia, lo que puede manifestarse a través de vómitos con sangre, deposiciones con sangre o el desarrollo de anemia. El riesgo de sangrado es uno de los aspectos más preocupantes de esta condición, por lo que es fundamental realizar un seguimiento médico regular para evaluar la salud del hígado y detectar la presencia de várices esofágicas. En caso de confirmarse su presencia, existen tratamientos para reducir el riesgo de sangrado, como la escleroterapia o el uso de dispositivos que comprimen las várices.
Las várices esofágicas son venas anormales dilatadas en el tubo que conecta la garganta con el estómago, es decir, en el esófago. Esta afección ocurre con mayor frecuencia en personas que padecen enfermedades hepáticas graves, como la cirrosis hepática. La cirrosis puede causar un aumento de la presión en la vena porta, que a su vez puede llevar a la formación de várices en el esófago. Estas várices representan un riesgo de sangrado, ya que al dilatarse, las paredes de las venas se debilitan y pueden romperse, provocando hemorragias potencialmente graves.
En algunos casos, las várices esofágicas no presentan síntomas hasta que se produce una hemorragia, lo que puede manifestarse a través de vómitos con sangre, deposiciones con sangre o el desarrollo de anemia. El riesgo de sangrado es uno de los aspectos más preocupantes de esta condición, por lo que es fundamental realizar un seguimiento médico regular para evaluar la salud del hígado y detectar la presencia de várices esofágicas. En caso de confirmarse su presencia, existen tratamientos para reducir el riesgo de sangrado, como la escleroterapia o el uso de dispositivos que comprimen las várices.
¿Cómo se curan las várices en la garganta?
Para curar las várices en la garganta, el proveedor de atención médica puede realizar un procedimiento llamado ligadura elástica, en el cual se envuelven las várices esofágicas con bandas elásticas durante una endoscopia. Este procedimiento ayuda a detener el sangrado y a prevenir futuras hemorragias. Además, se pueden recetar medicamentos para reducir el flujo sanguíneo en la vena porta, como la octreotida (Sandostatin) y la vasopresina (Vasostrict), los cuales reducen el flujo de sangre a la vena porta y disminuyen la presión en las várices, ayudando a prevenir nuevas hemorragias.
Es importante seguir las indicaciones del proveedor de atención médica y llevar a cabo un seguimiento para controlar la evolución de las várices en la garganta. También se pueden recomendar cambios en la alimentación y en el estilo de vida para reducir la presión en las venas y prevenir complicaciones. En casos más graves, se puede considerar la realización de un procedimiento quirúrgico para tratar las várices esofágicas y prevenir futuras complicaciones. Es fundamental buscar atención médica especializada para recibir un tratamiento adecuado y personalizado.
¿Cómo se llaman las venas de la garganta?
Las venas de la garganta se llaman venas yugulares, las cuales son dos venas principales que se encuentran en el cuello. La vena yugular interna recoge la sangre de la parte interna del cráneo y de la cara, mientras que la vena yugular externa drena la sangre de los músculos del cuello y de la piel de la región lateral de la cabeza.
Estas venas son fundamentales para el retorno venoso al corazón, ya que transportan la sangre desoxigenada desde la cabeza y el cuello de vuelta al corazón, donde será enviada a los pulmones para ser oxigenada de nuevo.
