Las revelaciones acerca de la contaminación atmosférica terrestre nos tienen constantemente en alerta. Pero, en un giro inesperado, investigadores han descubierto que el aire que rodea a los astronautas en la Estación Espacial Internacional (EEI) podría no ser tan puro como pensábamos.
La tierra versus el espacio: Una batalla inesperada de calidad de aire
Desde la revolución industrial, la humanidad ha pagado un alto precio por su progreso: la calidad del aire. Las emisiones resultantes del auge industrial han dejado una marca indeleble en el ambiente terrestre. No obstante, se suponía que el espacio era diferente, libre de la polución y los gases de efecto invernadero que atormentan nuestra atmósfera.
Hallazgos sorprendentes sobre la EEI
Publicado en la renombrada revista Environmental Science and Technology Letters, un estudio conjunto entre la Universidad de Birmingham y el Centro de Investigación Glenn de la NASA ha revelado datos alarmantes. Las concentraciones de compuestos potencialmente dañinos en el polvo de la EEI exceden las concentraciones encontradas en muchos hogares occidentales.
Culprits en el espacio: Los compuestos químicos a examen
Los contaminantes identificados no son ajenos a la comunidad científica. Incluyen:
- Éteres de difenilo polibromados (PBDE)
- Hexabromociclododecano (HBCDD)
- Retardantes de llama bromados
- Ésteres organofosforados (OPE)
- Hidrocarburos aromáticos policíclicos (PAH)
- Sustancias perfluoroalquiladas (PFAS)
- Bifenilos policlorados (PCB)
Aunque son valiosos en determinados contextos tecnológicos, estos compuestos pueden ser peligrosos cuando interactúan con sistemas biológicos en ciertas proporciones. Muchos de ellos, como los BFR y OPE, se emplean globalmente en dispositivos electrónicos y aislamientos.
¿Origen de la contaminación espacial?
Una teoría sugiere que los propios objetos que los astronautas llevan a bordo, como herramientas, dispositivos electrónicos y ropa, podrían ser fuentes de estas sustancias químicas perjudiciales.
Un alivio en los hallazgos
A pesar de los niveles superiores de contaminantes en la EEI en comparación con muchos hogares en la Tierra, los niveles no son alarmantes. Siguen siendo comparables a lo que experimentamos en nuestro planeta.
La Estación Espacial Internacional: un prodigio de la cooperación internacional
Más allá de sus desafíos, la EEI sigue siendo una maravilla de la colaboración internacional. Con la participación de continentes enteros, es el programa cooperativo más grande del mundo en ciencia y tecnología. Estos hallazgos, aunque sorprendentes, nos recuerdan la necesidad de una vigilancia constante incluso en los confines del espacio.
