Alfonso X el Sabio: Un Legado de Sabiduría

Nació en Toledo, en 1221, y murió en Sevilla, en 1284. Hizo una activa política económica, reformó la moneda y la agencia tributaria, y reconoció al Honrado Consejo de la Mesta. Destaca por la obra literaria, científica, histórica y jurídica realizada por su escritorio real.

Alfonso X, notorio como el Sabio, era hijo del monarca castellano-leonés Fernando III y de su esposa la princesa alemana Beatriz de Suabia. Alfonso X fue rey de Castilla y León a caballo entre los años 1252, data de la muerte de su padre, y 1284, año de su muerte.

Decidió que la lengua castellana se transformara dentro del idioma oficial de la cancillería regia y mandó traducir libros a ésta lengua en la Escuela de Traductores de Toledo. Pero lo más destacado son el grupo de obras que elaboró dentro del transcurso de aquellos años.

Se ha dicho que Alfonso X el Sabio fue quien hizo oficial el castellano; quien lo estandarizó; se está hablando de «norma filología alfonsí», de «castellano de temporada alfonsí»; en clase de Gramática Histórica conversamos de «ortografía alfonsí» y de «estadío alfonsí»; grosso modo, para comprendernos, sí.

23 de noviembre de 1221, Toledo Alfonso X de Castilla / Nacimiento

62 años (1221 131284) Alfonso X de Castilla / Edad a la cual pereció

( Alfonso X de Castilla, denominado el Sabio; Toledo, 1221 – Sevilla, 1284) Rey de Castilla y de León (1252-1284). Era hijo primogénito de Fernando III el Santo, a quien aconteció en 1252.

4 de abril de 1284 Alfonso X de Castilla / Fecha de la muerte

Alfonso X patrocinó, inspeccionó y frecuentemente participó con su propia escritura y en colaboración con un conjunto de intelectuales latinos, hebreos y musulmanes conocido como Escuela de Traductores de Toledo, en la composición de una ingente obra literaria que empieza en buena medida la prosa en castellano.

Alfonso X emprendió a cuartear de su sesgo el proyecto educacional más calculador promovido por monarca alguno de nuestra propia Edad Intermedia y, por su mecenazgo e impulso, se expresaron en lengua vulgar materias que hasta entonces estaban prudentes al latín y al árabe, las dos voluminosos lenguas de cultura de la Edad Intermedia hispana.

Alfonso X patrocinó, supervisó y frecuentemente participó con su propia escritura y en cooperación con un conjunto de intelectuales latinos, hebreos y musulmanes conocido como Escuela de Traductores de Toledo, en la composición de una ingente obra literaria que comienza en buena medida la prosa en castellano.