Buscando Santo: El Misterio de las Cosas Perdidas

Plegaria postrera:
Dios, todo Amor y Bondad, que nos has impartido a San Antonio como santo patrono de las cosas perdidas, imploramos por medio de este mismo glorioso mediador Tu misericordia.

En caso de necesitas a encontrar algo que perdiste, reza la siguiente plegaria: San Antonio, glorioso siervo de Dios, conocido por tus méritos y los potentes milagros, ayúdanos a encontrar las cosas perdidas ; danos tu ayuda en la pon a prueba, e ilumina nuestra propia mente en la busca de la voluntad de Dios.

San Antonio de Padua es uno de los santos más rezados: su día es el 13 de junio. Se le están pidiendo muchísimas cosas, pero la más consabida es encontrar algún objeto que se haya perdido.

Oh gentil y cariñoso san Antonio, cuyo corazón estaba siempre y en todo momento lleno de simpatía humana, murmura nuestra propia oración a los oídos del Pequeño Jesús, que amaba permanecer en tus brazos. Se concederá una palabra de ustedes y nuestra propia plegaria. ¡Oh, habla, pero esa palabra y la gratitud de nuestro propio corazón serán todas y cada una las tuyas! Amén.

Glorioso San Antonio, tú has ejercido el celestial poder de encontrar aquello que ha sido extraviado. Ayúdame a encontrar la gracia de Dios y a hacerme devoto al servicio de Él y de las virtudes. Permíteme hallar lo cual he perdido y de ésta manera enséñame la presencia de tu bondad.

San Antonio es renombrado dentro del mundillo como el Beato que ayuda a encontrar las cosas perdidas. Desde los objetos de la vida cotidiana, a documentos importantes, hasta la misma fe. La próxima oración está dedicada a invocar a san Antonio en la busca de cuanto se ha extraviado.

Oh Beato San Antonio, el más gentil y afable de los santurrones, tu abrasador amor por Dios, tu virtud exaltada y tu gran caridad hacia tus semejantes, te hicieron digno, cuando en la tierra poseían poderes milagrosos como los cuales no se proporcionaron a ningún otro santo.

El Mar serena su ira remediense presos, miembros y bienes perdidos recobran jóvenes, y ancianos. Gloria al Padre, Gloria al Hijo, Gloria a1 Espirita Santo. El Mar serena su ira, remediense encarcelados, miem’orcs, y bienes perdidos recuperan jóvenes, y ancianos.

Formas realmente eficaces de hallar las cosas perdidas en casa

1. Si dejaste caer algo pequeño, como el broche de un arete o bien una aguja, coloca una media nailon en la boquilla de la aspiradora y pásala por el sitio en el cual lo perdiste.
2. Variar de perspectiva puede ayudarte en la busca.

Cualquier objeto que no logras encontrar: las llaves, las lentes, las únicas tijeras que cortan, etc. Consiste en poner un vaso boca abajo encima de una mesa. Vuelves a buscar y localizas lo cual estabas buscando. Así de simple, así de sencillo.

Al ser un rito clásico, su simbología no semeja clara a primer aspecto. El vasito es un hueco en el interior del cual podemos mirar. Al estar boca arriba no contiene nada, sólo el aire que pasa por la parte interior. En cuanto le proporcionamos la vuelta se convierte dentro del contenedor del vacío que ha dejado el objeto que hemos extraviado.

Cambiar de perspectiva puede asistirte en la busca. Súbete a una silla o bien ponte en cuclillas dentro del suelo para poseer una mejor vision de eso mismo que estás buscando y darle a tu cerebro una nueva imágen del espacio. 4. Buscar algo puede llegar a ser una buena excusa como para ordenar.

En el caso de necesitas a hallar algo que perdiste, reza la próxima oración: San Antonio, glorioso siervo de Dios, renombrado por tus méritos y los potentes milagros, ayúdanos a encontrar las cosas perdidas; danos tu ayuda en la prueba, e ilumina nuestra propia psique en la busca de la voluntad de Dios.

Dios, todo Amor y Bondad, que nos has dado a San Antonio como santo patrono de las cosas perdidas, suplicamos por medio de este glorioso mediador Tu clemencia. Está escuchando su voz cuando clame a Ti a nuestro propio favor y, concédenos aquello que nos asista a crecer en Tu amor. Amén.

Plegaria infalible a San Antonio de Padua
Los milagros esperaban tu vocablo, que tu estabas siempre dispuesto a hablar por aquellos con inconvenientes o ansiedades. Animado por este mismo pensamiento, te imploro obtengas como para mí 26 (alude tu petición).

Oh Padre Pío, esperanza de los necesitados, mírame con bondad y ayúdame. Una palabra tuya será suficiente como para que Dios nuestro Señor posea compasión por mí y me escuche. Otórgame un corazón dadivoso, enséñame la esplendidez y ayúdame a hacer buenas obras sin buscar una recompensa terrenal.