Suena contradictorio sugerir versos que riman como fuente de consuelo.
Pero hemos encontrado algunos hermosos poemas sobre la muerte, algunos que riman y otros que no, que expresan el dolor de perder a alguien en palabras auténticas y compasivas.
Hay una razón por la que muchos de nosotros encontramos consuelo en ciertas letras de canciones y tipos de música.
Las palabras y el ritmo juntos (con o sin rima) tienen más poder que cualquiera de ellos por sà solo.
Ese es el poder detrás de estos poemas sobre la pérdida de un ser querido.
¿Qué dices cuando alguien muere?
Ya sea que esté hablando en el funeral de un ser querido o buscando las palabras adecuadas para expresar sus condolencias en una tarjeta, es posible que un poema sobre la muerte no sea lo primero que le venga a la mente.
Pero si lo eliges bien, un poema puede decir lo que intentas (y fallas) articular por tu cuenta.
Esos son los poemas que se quedan contigo. Y vale la pena compartirlos.
Ya sea que use un poema o no, desea comunicar uno o más de los siguientes;
- Su amor o admiración por el ser querido que falleció;
- Algo que aprendiste de esta persona que tuvo un impacto enorme y positivo;
- Una anécdota de la vida de esta persona que resume sus mejores cualidades.
¿Qué es un buen poema para leer en un funeral?
Algunos poemas se adaptan mejor a los funerales que otros. Nadie quiere escuchar un poema elegido más por su potencial performativo que por su resonancia.
Este no es el momento ni el lugar para la danza interpretativa con una narrativa poética abstrusa. No estás allà para actuar; Estás ahà para ofrecer comodidad.
Dicho esto, algunas actuaciones como tocar una melodÃa que era una de las favoritas del difunto puede hacer lo que las palabras no pueden.
Tenga en cuenta las siguientes reglas generales al elegir un poema para leer en un funeral:
- Ir con uno toma solo unos minutos (como máximo) para leer;
- Lea la sala (o la lista de invitados) y elija un poema que crea que apreciarÃan;
- Elija uno que crea que el difunto habrÃa disfrutado.
13 hermosos poemas sobre la muerte
Lee atentamente cada uno de estos poemas sobre la muerte de un ser querido para encontrar aquellos que lleguen a tu alma y se hagan eco de lo que estás sintiendo. Tome nota de los poemas que se destacan para usted.
#1 No entres con dulzura en las buenas noches, por Dylan Thomas
Este poema obtiene el puesto número 1 porque Nadie Quiere que un ser querido se rinda a la muerte en silencio. No queremos que simplemente acepten el final, como si todavÃa no los necesitáramos en nuestras vidas.
Si mueren, no les echamos eso en cara, pero la perspectiva de que alguien a quien amamos se sienta cómodo con la muerte nos inquieta. Preferimos ver la vida renovada y la muerte decepcionada.
No entres dócil en esa buena noche,
La vejez debe arder y delirar al final del dÃa;
Rabia, rabia contra la muerte de la luz.
Aunque los hombres sabios al final saben que la oscuridad es lo correcto,
Porque sus palabras no habÃan bifurcado ningún relámpago.
No entres dócilmente en esa buena noche.
Buenos hombres, la última ola, llorando qué brillante
Sus frágiles acciones podrÃan haber bailado en una bahÃa verde,
Rabia, rabia contra la muerte de la luz.
Hombres salvajes que atraparon y cantaron el sol en vuelo,
Y aprende, demasiado tarde, lo entristecieron en su camino,
No entres dócilmente en esa buena noche.
Hombres graves, cerca de la muerte, que ven con ojos cegadores
Los ojos ciegos podrÃan brillar como meteoritos y ser alegres,
Rabia, rabia contra la muerte de la luz.
Y tú, padre mÃo, allá en la triste altura,
MaldÃceme, bendÃceme ahora con tus feroces lágrimas, te lo ruego.
No entres dócilmente en esa buena noche.
Rabia, rabia contra la muerte de la luz.
#2 Cuando llega la muerte, por Mary Oliver
En este poema, Oliver expresa lo que muchos de nosotros sentimos cuando la muerte se acerca a nosotros oa alguien a quien amamos. Sus palabras traen la muerte y el morir al momento presente.
Al hacerlo, nos desafÃan a pensar en lo que queremos ver cuando, frente a nuestro propio final, volvamos la vista atrás hacia las elecciones que hemos hecho.
No queremos que la muerte llegue antes de haber vivido.
Cuando llega la muerte
Como el oso hambriento en otoño;
Cuando la muerte llega y toma todas las monedas brillantes de su bolsa
Para comprarme, y cierra la bolsa;
Cuando llega la muerte
Como la varicela
Cuando llega la muerte
Como un iceberg entre los omóplatos,
Quiero cruzar la puerta lleno de curiosidad, preguntándome:
¿Cómo va a ser esa cabaña de tinieblas?
Y por eso miro todo
Como una hermandad y una hermandad,
Y miro el tiempo como nada más que una idea,
Y considero la eternidad como otra posibilidad,
Y pienso en cada vida como una flor, como común
Como una margarita de campo, y como singular,
Y cada nombre una música cómoda en la boca,
Tendiendo, como toda música, al silencio,
Y cada cuerpo un león de coraje, y algo
Precioso para la tierra.
Cuando termine, quiero decir toda mi vida
Fui una novia casada con el asombro.
Yo era el novio, tomando el mundo en mis brazos.
Cuando termine, no quiero preguntarme
Si he hecho de mi vida algo particular, y real.
No quiero encontrarme suspirando y asustado,
O llena de argumentos.
No quiero terminar simplemente habiendo visitado este mundo.
#3 Si debo morir, por Emily Dickinson
Dickinson era un maestro en la elaboración de versos que revelaban más a quienes estaban dispuestos a sentirlo. Incluso poemas tranquilamente optimistas como este tenÃan más peso de lo que es obvio en una primera lectura.
Todos queremos levantar a las personas que amamos cuando sabemos que se están muriendo. No queremos que nuestra muerte les pese, aunque temamos lo que estarÃan a punto de afrontar sin ellos.
Si debo morir,
Y deberÃas vivir,
Y el tiempo deberÃa gorgotear,
Y la mañana deberÃa brillar,
Y el mediodÃa debe arder,
Como ha hecho habitualmente;
Si los pájaros construyeran tan pronto,
Y las abejas van como bulliciosas,
Uno podrÃa partir a opción
¡De la empresa de abajo!
Es dulce saber que las acciones se mantendrán
Cuando mentimos con margaritas,
Ese comercio continuará,
Y los oficios vuelan a paso ligero.
Hace tranquila la despedida
Y mantiene el alma serena,
Que señores tan vivaces
Llevar a cabo la escena agradable!
#4 La muerte no sea orgullosa, por John Donne
El espÃritu de desafÃo en este poema es similar al de Don’t Go Gentle pero, en este caso, el poeta se dirige directamente a la muerte, burlándose de ella como algo mucho menos poderoso e impresionante de lo que sugiere su reputación.
En cierto sentido, está mirando a la muerte a los ojos y diciendo: ¡Adelante! Me vendrÃa bien una buena siesta, confiando en que lo que viene después expondrá a la muerte como el tigre de papel que es.
Muerte, no te enorgullezcas, aunque algunos te hayan llamado
Poderoso y terrible, porque tú no lo eres;
Para aquellos a quienes piensas que derribarás
No mueras, pobre Muerte, ni me puedas matar.
Del descanso y el sueño, que son tus imágenes,
Mucho gusto; entonces de ti debe fluir mucho más,
Y lo antes posible nuestros mejores hombres contigo irán,
Descanso de sus huesos, y entrega de almas.
Eres esclavo del destino, del azar, de los reyes y de los hombres desesperados,
Y moran con veneno, guerra y enfermedad,
Y la amapola o los amuletos también pueden hacernos dormir.
Y mejor que tu golpe; ¿Por qué te hinchas entonces?
Un breve sueño pasado, nos despertamos eternamente
Y la muerte no será más; Muerte, morirás.
#5 No te pares ante mi tumba y llores, por Mary Elizabeth Frye
Podemos ver este poema grabado en una lápida para recordar a los dolientes que la muerte no tiene la última palabra. Entonces, aunque todavÃa queremos consolar a aquellos que están de duelo, Frye quiere recordarnos que hay más en la muerte que un cuerpo bajo tierra.
También nos invita a ver los milagros cotidianos bajo una nueva luz ya disfrutarlos con atención plena.
No se pare en mi tumba a llorar,
No estoy allÃ, no duermo.
Soy mil vientos que soplan.
Soy el destello del diamante en la nieve.
Yo soy la luz del sol sobre el grano maduro.
Soy la suave lluvia de otoño.
Cuando te despiertas en el silencio de la mañana,
Soy la carrera rápida y edificante
De pájaros silenciosos en vuelo circular.
Soy la suave luz de las estrellas en la noche.
No se pare en mi tumba a llorar.
No estoy allÃ, no duermo.
(No te pongas en mi tumba y llores.
¡No estoy allÃ, no morÃ!)
#6 Cuando muera, por Rumi
Rumi escribe para asegurar a sus seres queridos que su muerte no será el final sino el comienzo. Sabiendo lo natural que es llorar la pérdida de un ser querido, nos recuerda que la muerte, por más final y violenta que se sienta, no debe ser la causa de un dolor absoluto.
Alienta a quienes lo cuidan a contemplar su alegrÃa al otro lado de la muerte.
Cuando muera
Cuando mi ataúd
Se está sacando
Nunca debes pensar
Extraño este mundo
No derrames ninguna lagrima
No te lamentes o
Sentir lástima
No estoy cayendo
En un abismo de monstruos
Cuando veas
Mi cadáver está siendo llevado
No llores por mi partida
No me estoy yendo
Estoy llegando al amor eterno
Cuando me dejas
En la tumba
No digas adiós
Recuerda que una tumba es
Solo una cortina
Por el paraÃso detrás
Solo me veras
Descendiendo a una tumba
Ahora mÃrame levantarme
¿Cómo puede haber un final?
Cuando el sol se pone o
La luna se pone
Parece el final
Parece un atardecer
Pero en realidad es un amanecer
Cuando la tumba te encierra
Ahà es cuando tu alma se libera
Alguna vez has visto
Una semilla caÃda a la tierra
No resucitar con una nueva vida
¿Por qué deberÃas dudar del ascenso?
De una semilla llamada humano
Alguna vez has visto
Un balde bajado a un pozo
Volviendo vacÃo
Por qué lamentarse por un alma
Cuando puede volver
Como José del pozo
Cuando por última vez
Cierras la boca
Tus palabras y tu alma
Pertenecerá al mundo de
Sin lugar sin tiempo
#7 Epitafio de un amigo, por Robert Burns
He aquà otro ejemplo de un poema muy adecuado para una lápida asà como para un sincero elogio. Burns ofrece un tributo simple y cálido a un alma amada que hizo lo mejor de esta vida, dadas las oportunidades que tuvo.
Reconoció y elogió las virtudes del hombre en la vida y expresó la esperanza de que otros también las recordaran.
Un hombre honesto aquà yace en reposo,
El amigo del hombre, el amigo de la verdad,
El amigo de la edad, y guÃa de la juventud:
Pocos corazones como el suyo, calentados por la virtud,
Pocas cabezas con conocimientos tan informados;
Si hay otro mundo, vive en la dicha;
Si no hay ninguno, hizo lo mejor de esto.
#8 Para el duelo, por John ODonohue
El poeta escribe como alguien que comprende cuánto tiempo puede llevar procesar por completo la pérdida de un ser querido, especialmente cuando jugó un papel esencial en tu devenir.
Y nos encanta cómo cierra el cÃrculo, después de gastar sus últimas lágrimas, en el hogar del alma, donde puede disfrutar una vez más de la compañÃa de su amigo.
Todo el tiempo.
Cuando pierdes a alguien que amas,
Tu vida se vuelve extraña,
El suelo debajo de ti se vuelve frágil,
Tus pensamientos hacen que tus ojos se vuelvan inseguros;
Y algún eco muerto arrastra tu voz hacia abajo
Donde las palabras no tienen confianza.
Tu corazón se ha vuelto pesado por la pérdida;
Y aunque esta pérdida también ha herido a otros,
Nadie sabe lo que te han quitado
Cuando el silencio de la ausencia se profundiza.
Destellos de culpa encienden arrepentimiento
Por todo lo que quedó sin decir o sin hacer.
Hay dÃas en que te despiertas feliz;
De nuevo dentro de la plenitud de la vida,
Hasta que el momento se rompe
Y eres arrojado hacia atrás
En la marea negra de la pérdida.
DÃas en los que tienes tu corazón de vuelta,
Eres capaz de funcionar bien
Hasta que en medio del trabajo o del encuentro,
De repente, sin previo aviso,
Estás emboscado por el dolor.
Se vuelve difÃcil confiar en ti mismo.
Todo lo que puede confiar ahora es que
El dolor permanecerá fiel a sà mismo.
Más que tú, conoce su camino
Y encontrará el momento adecuado
Para tirar y tirar de la cuerda del dolor
Hasta que esa colina enroscada de lágrimas
Se ha reducido hasta su última gota.
Poco a poco, aprenderás a conocer
Con la forma invisible de tu difunta;
Y, cuando el trabajo del dolor ha terminado,
La herida de la pérdida sanará
Y habrás aprendido
Para destetar tus ojos
De esa brecha en el aire
Y poder entrar al hogar
En tu alma donde tu amado
Ha esperado tu regreso
Todo el tiempo.
#9 Recuerda, por Christina Rossetti
Rossetti quiere que su público objetivo la recuerde, pero solo si no les causa dolor. PreferirÃa ver una sonrisa en el rostro de alguien a quien amaba porque la habÃa olvidado que la tristeza en el corazón de alguien que aún sufre su muerte.
Ella simplemente pide que sus seres queridos la recuerden de vez en cuando y nunca se torturen por olvidar a veces. Ella quiere que vivan.
Recuérdame cuando me haya ido,
Ido lejos en la tierra silenciosa;
Cuando ya no puedas sostenerme de la mano,
Ni medio giro para irme pero giro para quedarme.
Recuérdame cuando no más dÃa a dÃa
Me hablas de nuestro futuro que planeas:
Sólo acuérdate de mÃ; tú entiendes
Entonces será tarde para aconsejar u orar.
Sin embargo, si me olvidas por un tiempo
Y después recuerda, no te aflijas:
Porque si la oscuridad y la corrupción se van
Un vestigio de los pensamientos que una vez tuve,
Mejor con mucho que olvides y sonrÃas
Que eso debes recordar y estar triste.
#10 Separación, por WS Merwin
Con solo tres lÃneas, Merwin expresa su dolor de una manera que podemos imaginar. La ausencia de su amado les atraviesa el corazón, y todo lo que hacen lleva el hilo de esa pérdida. Todo lleva su huella.
La separación forzada de los dos corazones ha dejado a uno permanentemente traspasado por el otro.
Tu ausencia me ha atravesado
Como hilo a través de una aguja.
Todo lo que hago está cosido con su color.
#11 La muerte no es nada, por Henry Scott-Holland
Aquà hay otro poeta que busca tranquilizar a un ser querido recordándole que la separación es solo temporal. Les pide que sonrÃan y se rÃan como solÃan hacer juntos, que actúen como si su feliz reencuentro (y no su muerte) fuera lo más importante en sus mentes.
Él espera impresionarlos sobre el poco poder que tiene la muerte sobre su futuro juntos.
La muerte no es nada en absoluto.
No cuenta.
Solo me he escabullido a la habitación contigua.
No pasó nada.
Todo sigue exactamente como estaba.
Yo soy yo, y tu eres tu,
Y la antigua vida que vivimos juntos con tanto cariño permanece intacta, sin cambios.
Lo que éramos el uno para el otro, lo seguimos siendo.
Llámame por el antiguo nombre familiar.
Habla de mà en la forma fácil que siempre usaste.
No ponga ninguna diferencia en su tono.
No mantengas un aire forzado de solemnidad o pena.
RÃete como siempre nos reÃamos de las bromitas que disfrutábamos juntos.
Juega, sonrie, piensa en mi, ora por mi.
Que mi nombre sea siempre la palabra familiar que siempre fue.
Que se hable sin esfuerzo, sin el fantasma de una sombra sobre él.
La vida significa todo lo que alguna vez significó.
Es lo mismo que siempre fue.
Hay una continuidad absoluta e ininterrumpida.
¿Qué es esta muerte sino un accidente insignificante?
¿Por qué deberÃa estar fuera de la mente porque estoy fuera de la vista?
Sólo estoy esperándote, por un intervalo,
En algún lugar muy cerca,
A la vuelta de la esquina.
Todo está bien.
Nada está herido; nada se pierde
Un breve momento y todo volverá a ser como antes.
¡Cómo nos reiremos de la molestia de separarnos cuando nos volvamos a encontrar!
#12 Tu cuerpo está lejos de mÃ, por Rumi
Rumi invita al lector a confiar en que, incluso cuando ha perdido a un ser querido, aún puede enviarle noticias y mensajes reflexivos a través de una ventana entre sus almas. AsÃ, mientras el cuerpo ya no está presente, los pensamientos y las palabras de amor, viajando por esa ventana secreta, mantienen conectados los dos corazones.
Tu cuerpo esta lejos de mi
Pero hay una ventana abierta
Desde mi corazón al tuyo.
Desde esta ventana, como la luna
Sigo enviando noticias en secreto.
#13 El tiempo no trae alivio, por Edna St. Vincent Milay
El poeta no se anda con rodeos a la hora de expresar un sentimiento con el que la mayorÃa de las personas que han perdido a un ser querido estarÃan de acuerdo: el tiempo No Cura todas las heridas. Casi todo y cada lugar le recuerda al que perdió. Incluso cuando se encuentra con un lugar donde él nunca habÃa estado, el mero reconocimiento de ese hecho trae oleadas de dolor renovado y soledad paralizante.
El tiempo no trae alivio; todos ustedes han mentido
¡Quién me dijo que el tiempo me aliviarÃa de mi dolor!
Lo extraño en el llanto de la lluvia;
Lo quiero cuando baja la marea;
Las viejas nieves se derriten en todas las laderas de las montañas,
Y las hojas de los últimos años son humo en todos los carriles;
Pero el amor amargo de los últimos años debe permanecer
Amontonado en mi corazón, y mis viejos pensamientos permanecen.
Hay cien lugares donde temo
Para ir, asà con su recuerdo rebosan.
Y entrando con alivio en algún lugar tranquilo
Donde nunca cayó su pie ni brilló su rostro
Yo digo: ¡Aquà no hay recuerdo de él!
Y asà quedarme afligido, asà recordándolo.
Ahora que has leÃdo los 13 poemas de despedida sobre la muerte, ¿cuáles te llamaron la atención? ¿Cuál te gustarÃa que alguien leyera en Tu Funeral?
¿O cuál parece encajar mejor en un memorial para alguien a quien amas? ¿Qué hace que encaje tan bien?