En el siglo XIX, España vivió una de las etapas más convulsas de su historia política. Durante este período, se produjo una profunda división entre dos grupos principales: los carlistas y los isabelinos. Ambos bandos se enfrentaron en una lucha encarnizada por el control del trono y la dirección del país.
Los carlistas, partidarios de Carlos María Isidro de Borbón, se oponían al establecimiento del régimen liberal y defendían el retorno a un sistema político más tradicional y conservador. Por su parte, los isabelinos apoyaban a Isabel II como legítima heredera de la corona y abogaban por la instauración de un gobierno más moderno y progresista.
En este post, exploraremos las diferencias fundamentales entre carlistas e isabelinos, analizando sus objetivos políticos, ideología y bases de apoyo. Además, examinaremos cómo esta división histórica sigue teniendo influencia en la sociedad española contemporánea.
¿Quién son los isabelinos?
Los isabelinos eran los partidarios de Isabel II de España durante el periodo conocido como isabelino, que abarcó desde 1833 hasta 1868. Isabel II ascendió al trono tras la muerte de su padre, el rey Fernando VII, y su reinado estuvo marcado por una serie de conflictos y tensiones políticas. Los isabelinos se enfrentaron a los carlistas, que eran partidarios de Carlos Luis de Borbón y se oponían a la sucesión de Isabel II.
El conflicto entre los isabelinos y los carlistas dio lugar a una serie de guerras carlistas, que se libraron en España entre 1833 y 1876. Estas guerras fueron causadas por la disputa sucesoria y las diferencias políticas entre ambos bandos. Los isabelinos, en su mayoría, eran partidarios de un gobierno centralizado y liberal, mientras que los carlistas defendían un sistema más tradicionalista y descentralizado. A lo largo de las guerras carlistas, los isabelinos lograron mantener el control del trono y consolidar el poder de Isabel II.
¿Qué es ser un carlista?
Ser un carlista implica identificarse con un movimiento político y tradicionalista que tuvo su origen en España a principios del siglo XIX. Los carlistas, que luchaban bajo el lema de «Dios, Patria y Rey», encarnaban una oposición reaccionaria al liberalismo y defendían la monarquía tradicional, los derechos de la Iglesia y los fueros.
El carlismo surgió como respuesta a los cambios políticos y sociales que se dieron durante el periodo de la Revolución Liberal en España. Mientras que los liberales exigían hondas reformas políticas por medio de un gobierno constitucional y parlamentario, los carlistas defendían la vuelta a un sistema político basado en la monarquía absoluta y en la primacía de la Iglesia católica.
Además de su posición política, los carlistas también se distinguían por su apego a los valores tradicionales y su defensa de los fueros, que eran los privilegios y derechos específicos de cada región. Esta defensa de los fueros también se relacionaba con una defensa de la descentralización política y administrativa del país, en contraposición al centralismo defendido por los liberales.
¿Quién ganó en las guerras carlistas?
La primera guerra carlista se libró en España desde el 2 de octubre de 1833 hasta el 6 de julio de 1840. Fue un conflicto entre los partidarios del infante Carlos María Isidro de Borbón, quien reclamaba el trono de España, y los partidarios de la reina Isabel II, apoyados por las fuerzas liberales. El resultado de esta guerra fue la victoria isabelina o liberal.
Durante esta guerra, los carlistas, también conocidos como absolutistas o tradicionalistas, buscaban restaurar el Antiguo Régimen y los privilegios de la nobleza. Por otro lado, los liberales apoyaban la monarquía constitucional y la modernización del país. El conflicto se desarrolló principalmente en el norte de España, donde los carlistas contaban con un fuerte apoyo en áreas rurales y conservadoras.
La victoria de los isabelinos o liberales en la primera guerra carlista consolidó el poder de Isabel II en el trono de España y garantizó la continuidad de las reformas liberales. Sin embargo, las tensiones entre los diferentes grupos políticos y sociales persistieron y desembocaron en la segunda guerra carlista, que se prolongó desde 1846 hasta 1849. En esta ocasión, el bando isabelino también salió victorioso, asegurando así la estabilidad de la monarquía constitucional en España.
¿Qué defendían los isabelinos?
Los isabelinos eran liberales y defendían una serie de ideales y principios que buscaban limitar los poderes de la Corona y centralizar el gobierno del país. Entre ellos se encontraba la nobleza cortesana, la burguesía y las clases medias y populares de las ciudades. Estos grupos consideraban que el poder absoluto de la monarquía era perjudicial para el desarrollo del país y deseaban establecer un sistema político más equilibrado y representativo.
Los isabelinos abogaban por la creación de una constitución que garantizara los derechos y libertades individuales, así como la separación de poderes entre el ejecutivo, legislativo y judicial. También buscaban promover la modernización del país a través de la industrialización, la educación y la promoción de la ciencia y la tecnología. Además, defendían la igualdad ante la ley y el acceso a la propiedad y la riqueza para todos los ciudadanos, sin importar su origen social o económico.
¿Quién apoyaba al carlismo?
El carlismo contó con el apoyo de diferentes sectores de la sociedad española durante su existencia. Uno de los principales grupos que apoyaba al carlismo era el sector conservador, representado por la Iglesia y la aristocracia. Estas instituciones veían en el carlismo una defensa de los valores tradicionales y del Antiguo Régimen, que consideraban amenazados por las reformas liberales y los avances de la Revolución francesa.
Por otro lado, el carlismo también recibió el respaldo de aquellos sectores de la sociedad que veían en él una alternativa a las reformas liberales impulsadas por la burguesía. Estos partidarios del carlismo, en su mayoría campesinos y pequeños propietarios, no se sentían beneficiados por las reformas liberales que estaban llevando a cabo los gobiernos liberales. En el carlismo encontraron una opción política que defendía sus intereses y su forma de vida tradicional.
Carlistas vs Isabelinos
