Conservando la Crujiente Galleta

Cómo conservar las galletas
Podéis conservar las galletas con papel de hornear entre galleta y galleta en un recipiente hermético o en latas para galletas. Antes de guardar las galletas estas deben de haberse enfriado por completo.

Lo más adecuado es guardarlas en latas metálicas o tarros herméticos y se preservarán crujientes a lo film de muchísimos más dias si además de esto introducimos en la hojalata o el tarro algun elemento que absorba la humedad, como puede llegar a ser: Trozos de panecillo de molde.

Tanto las galletas decoradas como las que no lo estan, duran una media de 15 dias, más o menos con sus propios propiedades íntegras, acerca de todo las glaseadas, ya que la glasa ayuda a la manutención.

Dispuse las galletas en capas, separadas con papelito de cocina y una bolsa llena de arroz (también podés usar algún pedacito de panecito) como para absorber la humedad.

La mejor constituye de guardar galletas una vez diáfanas es guardarlas en recipientes herméticos, secos y limpios, y no colocarlos alrededor de fuentes de calor ni de lugares húmedos que los puedan deteriorar. Tampoco es conveniente entremezclar diferentes géneros de galletas porque se pueden mezclar los sabores.

Desde latas para galletas hasta cajas hechas con plástico. Lo importante es que se traten siempre y en toda circunstancia de recipientes herméticos a fin de que no entren oxígeno y microorganismos dentro. Además de esto, recomendamos colocar papelito de enhornar a caballo entre galleta y galleta.

Cuando almacenamos las masas, es muy simple que la una parte de arriba se oxide y se endurezca. Para impedirlo, las colocamos dentro de un recipiente y las tapamos con papelito film, pero de tal modo que éste quede pegado a la masa, como para evitar el contacto con el aire, que es el que realiza que la masa se estropee.

Cómo conservar las galletas
Las galletas se conservan durante un par de meses si bien su sabor y textura cambia a partir de la segunda semana, es por ésta razón que se aconseja siempre y en todo momento consumirlas tras dos semanas de haberlas horneado.

Para esto, hay que disponer las galletas en una sola bandeja, llevarla al congelador un par de horas, y entonces envolverlas en pequeños grupos en bolsitas herméticas ya antes de devolverlas al frío. No hace falta descongelarlas, podemos hornearlas de forma directa, eso sí, aumentando el tiempo de horno.