No existe un límite recomendado sobre cuántas exploraciones por tomografía computarizada (TCT) le pueden hacer. El número de TCT que una persona necesita depende de la situación médica específica y de las recomendaciones del médico tratante. Sin embargo, es importante tener en cuenta que las TCTs involucran radiación ionizante, que puede tener efectos acumulativos en el cuerpo a largo plazo. Por lo tanto, los médicos suelen ser cautelosos al solicitar y realizar múltiples TCTs, especialmente si no hay una necesidad médica clara.
En general, se recomienda limitar la exposición a la radiación ionizante tanto como sea posible, especialmente en casos en los que las TCTs no sean absolutamente necesarias. Los médicos suelen utilizar otras pruebas de diagnóstico, como resonancias magnéticas o ecografías, que no involucran radiación ionizante, siempre que sea posible.
Si una persona ha tenido una TCT anteriormente y se requiere otra exploración, el tiempo que debe pasar entre las dos TCTs puede variar según el caso. Algunos factores que pueden influir en esta decisión incluyen:
- La edad y el estado de salud general del paciente.
- La cantidad de radiación recibida en la TCT anterior.
- La necesidad médica de realizar otra TCT.
- Los posibles beneficios de la TCT en relación con los posibles riesgos de la radiación.
En algunos casos, puede ser necesario realizar múltiples TCTs en un corto período de tiempo para monitorear el progreso de una enfermedad o evaluar la eficacia de un tratamiento. Sin embargo, en general, los médicos suelen esperar un tiempo suficiente entre las TCTs para permitir que el cuerpo se recupere de la exposición a la radiación.
Es importante tener en cuenta que, si bien las TCTs pueden ser una herramienta valiosa en el diagnóstico de enfermedades y lesiones, también conllevan riesgos. Por lo tanto, es fundamental que los médicos evalúen cuidadosamente la necesidad de realizar una TCT y sopesen los posibles beneficios y riesgos antes de recomendar o realizar el procedimiento.
¿Cuántos TAC se hacen al año?
En España se realizan al año unos 4,5 millones de TAC, una cifra un 20% superior a la de hace sólo un lustro. Estas cifras reflejan el creciente uso de esta técnica de imagen en el diagnóstico médico. El TAC se ha convertido en una herramienta fundamental para la detección y seguimiento de enfermedades, gracias a su capacidad para obtener imágenes detalladas y precisas de diferentes partes del cuerpo.
El aumento en el número de TAC realizados también ha llevado a un mayor debate sobre los riesgos asociados con esta técnica. Aunque el TAC es una herramienta valiosa en el diagnóstico médico, su uso excesivo puede exponer a los pacientes a altas dosis de radiación, lo que aumenta el riesgo de desarrollar cáncer en el futuro. Es importante que los médicos evalúen cuidadosamente la necesidad de realizar un TAC en cada caso y consideren alternativas menos invasivas, como la resonancia magnética o la ecografía, cuando sea posible.
¿Cuándo se repite un TAC?
Un TAC (tomografía computarizada) es una prueba de diagnóstico que utiliza rayos X para obtener imágenes detalladas del interior del cuerpo. Se realiza en casos en los que se sospecha la presencia de una lesión, tumor o enfermedad en una determinada zona del cuerpo. Sin embargo, en ocasiones, los resultados obtenidos en un TAC pueden no ser concluyentes o pueden surgir dudas sobre la interpretación de las imágenes.
En estos casos, se puede repetir un TAC para obtener una nueva serie de imágenes y compararlas con las anteriores. Esto puede ser necesario, por ejemplo, si se detecta un nódulo o una masa sospechosa en el primer TAC. De esta forma, en caso de la existencia de un nódulo, y para evitar hacer una biopsia de forma innecesaria, se le repite el TAC en un periodo de tres meses para valorar si ha habido crecimiento. Esta repetición del TAC permite obtener más información y realizar un seguimiento más preciso de la lesión en cuestión.
¿Cuánto tarda en desaparecer la radiación de un TAC?
La radiación de un TAC no desaparece de inmediato, ya que el cuerpo tarda un tiempo en eliminarla por completo. Sin embargo, la cantidad de radiación que se recibe durante un TAC es relativamente baja y se considera segura. La dosis de radiación que se recibe durante un TAC varía dependiendo del tipo de examen y de la parte del cuerpo que se esté examinando.
Tal y como explican desde RadiologyInfo, un TAC de abdomen y pelvis supone una exposición de 7.7 mSv, equivalente a 2.6 años de exposición a la radiación «de fondo» o natural, es decir, la dosis de radiación a la que, de media, estamos expuestos diariamente. Es importante tener en cuenta que el cuerpo es capaz de reparar los daños causados por la radiación a nivel celular, por lo que los efectos a largo plazo son mínimos. Además, los beneficios de realizar un TAC suelen superar los posibles riesgos asociados con la radiación.
¿Qué radiación tiene un TAC?
Los TAC (tomografía axial computarizada) utilizan radiación ionizante para obtener imágenes detalladas del interior del cuerpo. Esta radiación se genera a través de la emisión de rayos X de alta energía. Durante el examen, el paciente se coloca en una camilla que se mueve a través de un tubo en forma de donut que contiene el equipo de rayos X.
La radiación generada por un TAC puede variar dependiendo del tipo de examen y la parte del cuerpo que se está estudiando. Sin embargo, en general, la TC de cuerpo entero puede exponer a las personas a cantidades relativamente grandes de radiación ionizante. Se estima que esta exposición puede ser de cerca de 12 mSv, lo cual equivale a cuatro veces la dosis anual promedio que se calcula se recibe de las fuentes naturales de radiación.
Recomendaciones para realizarse una tomografía
