En principio y como norma general, el arrendador es quien debe hacerse cargo del pago de aquellos arreglos necesarios para que la vivienda sea habitable (según la LAU). Esto incluye la reparación de averías, el mantenimiento de instalaciones y, por supuesto, la limpieza del piso antes de la entrada de un nuevo inquilino.Sin embargo, es importante tener en cuenta que la limpieza del piso al finalizar el contrato de arrendamiento puede generar cierta controversia. A continuación, se detallan quién paga la limpieza del piso de alquiler en diferentes situaciones:
En el contrato de arrendamiento se puede especificar quién debe hacerse cargo de la limpieza al finalizar el contrato. Si no se menciona en el contrato, la responsabilidad recaerá en el inquilino, quien deberá dejar la vivienda en las mismas condiciones en las que la recibió, salvo el desgaste por el uso ordinario.
Si el inquilino no realiza la limpieza correspondiente, el propietario puede descontar el importe de la limpieza del depósito de garantía. En caso de que el coste de la limpieza supere el importe del depósito, el propietario puede exigir al inquilino que asuma el coste adicional.
Es importante mencionar que la normativa varía según la comunidad autónoma, por lo que es recomendable revisar las leyes locales para conocer los derechos y obligaciones de arrendadores e inquilinos en cuanto a la limpieza del piso alquilado.
¿Cuándo alquilo un piso, tiene que estar limpio?
Según el Código Civil, al alquilar un piso, el arrendatario tiene la obligación de mantener la vivienda en buen estado y devolverla en las mismas condiciones en las que la recibió. Esto implica que el piso debe estar limpio al momento de la entrega al propietario. El artículo 1555 del Código Civil establece que el arrendatario debe utilizar la vivienda como «un diligente padre de familia», lo que incluye mantenerla en condiciones adecuadas de higiene y limpieza.
De acuerdo con el artículo 1561 del Código Civil, la ley presume que el inquilino recibe la vivienda en un estado de limpieza y, por lo tanto, también debe devolverla en ese mismo estado. Por lo tanto, es responsabilidad del inquilino asegurarse de que la vivienda esté limpia al finalizar el contrato de arrendamiento. En caso contrario, el propietario podría retener parte de la fianza para cubrir los costos de limpieza necesarios para dejar la vivienda en condiciones adecuadas.
¿Qué paga el inquilino con la nueva ley de alquileres en 2023?
La nueva ley de alquileres en 2023 establece que el inquilino seguirá pagando la fianza y la garantía adicional al firmar un nuevo contrato de alquiler. La fianza, que equivale a dos meses de renta, se mantiene como una obligación para el inquilino, y la garantía adicional, que puede ser solicitada por el propietario en ciertos casos, también seguirá siendo responsabilidad del inquilino. Además, la nueva ley de alquileres en 2023 establece que el arrendador no podrá requerir al inquilino el pago de más de seis mensualidades en concepto de garantía adicional, excepto si se trata de un aval bancario. En este caso, el inquilino podrá optar por contratar un seguro de impago de alquileres como alternativa al aval bancario. Esta medida busca proteger los intereses de los inquilinos y evitar que se vean en una situación de desventaja al momento de firmar un contrato de alquiler.
¿Qué paga el casero y qué paga el inquilino?
En general, el casero se encarga de pagar el Impuesto de Bienes Inmuebles (IBI), la comunidad de vecinos, la tasa de basuras, el seguro de la casa y los seguros de mantenimiento, como el de la caldera o el de los electrodomésticos. También es responsable de realizar las reparaciones mayores de la vivienda, a menos que hayan sido causadas por el mal uso del inquilino. Por otro lado, el inquilino suele ser el responsable de pagar todos los gastos que pueden medirse con contadores individuales, como el agua, la luz, el gas, el teléfono y otros servicios que pueda contratar para el uso exclusivo de la vivienda.
En algunos casos, el casero puede incluir en el precio del alquiler algunos de los gastos que normalmente serían responsabilidad del inquilino, como por ejemplo el agua o la calefacción central. Esto debe quedar claramente especificado en el contrato de arrendamiento. Es importante que tanto el casero como el inquilino conozcan y respeten sus obligaciones y derechos en cuanto a los pagos, para evitar conflictos futuros. En caso de duda, siempre es recomendable consultar con un profesional del sector inmobiliario o con un abogado especializado en arrendamientos urbanos.
¿Qué gastos son responsabilidad del inquilino?
Además de los gastos necesarios para mantener la vivienda en condiciones de habitabilidad adecuadas, el inquilino también es responsable de otros gastos, como el pago de la electricidad, el agua, el gas (si la vivienda cuenta con suministro individualizado), así como los gastos derivados del uso de servicios comunitarios como la limpieza, la iluminación de zonas comunes, el mantenimiento de ascensores, etc.
Es importante que el contrato de arrendamiento especifique claramente quién es responsable de cada tipo de gasto, para evitar malentendidos. En caso de duda, es recomendable consultar con un profesional del derecho inmobiliario. En cualquier caso, es fundamental que tanto arrendador como inquilino cumplan con sus obligaciones contractuales para mantener una relación armoniosa durante el periodo de alquiler.
