Hacer una buena limpieza de la piel de vez en cuando es fundamental para mantener ese aspecto sano y sedoso. Este tratamiento estético, realizado por profesionales en el área, elimina las impurezas, elimina esos puntos negros que dejan la piel con aspecto de piel de naranja y ayuda en la renovación de la piel.
¿Cómo limpiar la piel?
Higiene de la piel
Para empezar, se asepsia la piel con lociones limpiadoras que eliminarán la grasa y los restos de cosméticos y maquillaje. El proceso también librará la piel del aceite y las impurezas resultantes de la contaminación.
Apertura de poros
Con el uso de vapor, agua tibia o mascarillas específicas, la esteticista abre la capa más superficial de la piel, lo que facilita la eliminación de puntos negros y espinillas. El procedimiento dura unos 5 minutos.
Exfoliación
Es el momento de eliminar las células muertas para adelgazar la piel y facilitar la extracción de puntos negros y espinillas. En general, en esta etapa se utilizan productos abrasivos que contienen microgránulos, en movimientos circulares y firmes.
Extracto de clavel
Comienza el proceso más largo y doloroso de limpieza de la piel, en el que se aplican técnicas de manipulación para dañar lo menos posible la piel.
Con la ayuda de gasas o instrumentos específicos, el profesional exprime los puntos negros, espinillas y miliums, que son pequeñas bolitas de sebo que suelen acumularse alrededor de los ojos. Como los de la siguiente imagen:
A pesar de ser incómodo, el procedimiento no debe ser extremadamente doloroso. Para ello, es necesario contar con un profesional de confianza, que manipule la piel con delicadeza y cuidado.
Aplicación de máscara
Tras la fase más compleja, para relajar la piel, se realizan suaves maniobras y masajes. Para evitar que la piel se irrite demasiado o se enrojezca, aplica una mascarilla con lociones calmantes y bactericidas, que también prevendrán posibles infecciones.
Acabado y protección de la piel
El último paso del proceso es aplicar un buen protector solar con un factor de protección igual o superior a 30 FPS. Es fundamental para proteger la piel de los rayos solares y prevenir la aparición de manchas en la piel.
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Frecuencia ideal para la limpieza de la piel
El tiempo indicado para la limpieza de la piel varía según la situación cutánea de cada persona. Las personas con piel seca normal pueden repetir el procedimiento cada dos meses. Ya aquellos que tienen la piel mixta grasa o que tienen muchos puntos negros y granos pueden realizar el procedimiento una vez al mes.
Cuidados necesarios después de la limpieza de la piel
Después de la limpieza, sentirás tu piel sensible durante dos o tres días. Algunos cuidados básicos son fundamentales para acelerar el proceso de mejora de las molestias, como no recibir el sol en la cara, no utilizar productos que contengan ácido y evitar los aceites.
Para calmar la piel, abusar de productos calmantes y cicatrizantes, como el agua termal. No olvides utilizar siempre protector solar para evitar la aparición de manchas indeseadas.
Contraindicaciones para la limpieza de la piel.
Si tiene una piel sensible, escamosa, propensa al acné o alérgica a demasiados productos tópicos, puede enrojecerse o irritarse fácilmente. Por lo tanto, se recomienda que evite el riesgo o use solo productos que ya haya probado.
Otra contraindicación para quienes tienen el rostro muy bronceado por el sol. La melanina permanece activa incluso unos días después del bronceado, lo que puede provocar manchas en el rostro.
También se debe evitar el procedimiento cuando el paciente tiene muchas espinillas inflamadas, de apariencia amarillenta y dura (como en la imagen de abajo), porque puede agravar el acné. En este caso, se recomienda consultar a un dermatólogo para un tratamiento específico para su caso.
Cualquiera que esté en tratamiento con ácidos o se haya sometido a un peeling químico no puede limpiar la piel. El quiste se vuelve muy sensible y el resultado puede ser más dañino que bueno.
No hay contraindicaciones médicas para las mujeres embarazadas. Sin embargo, esta es una fase en la que tu piel se vuelve más sensible y propensa a las imperfecciones. Por lo tanto, debe evaluar la necesidad y utilizar productos ligeros.