Escuchar para Aprender

Se está tratando de un proceso judicial en el que hay que escuchar atentamente mientras tanto la otra persona está hablando, parafraseando y reflejando lo que se dice, y reteniendo juicios y consejos. Cuando se practica la escucha activa, se consigue que la otra persona se sienta escuchada y valuada.

Profesionalmente se hablaría de un consejero, analista, o counselor ( si empleas el barbarismo del inglés). Saber escuchar es todo un arte e implica estar libre y dispuesto a que tu interlocutor se sienta acogido y respetado.

La solidaridad es el sentimiento y el comienzo que nos permite ayudar a cualquier ser ser humano en cualquier instante, de constituye especial, en posiciones de desamparo, y pensamos que recoge muchos de los valores humanos sobre los que hemos podido platicar en este mismo blog post, como la bondad, el amor, la humildad o la empatía.

Las personas que saben escuchar, saben estar atentas hacia las emociones y preocupaciones no verbales. Cuando las ‘oyen’ pueden empatizar (verbal o no verbalmente) y enviar mensajes al cual habla en este sentido. La intuición juega un papelito esencial.

Prueba capacidad de empatía, profundidad intelectual, entendimiento y la existencia de un espacio de comunicación. Percibir es prestar atencion a lo que se oye, atender y entender.

La escucha tiene la capacidad de «aliviar» tensiones.
Las más de las veces que un paciente y/o familia se siente incomprendido es por el hecho de que no ha tenido la posibilidad de poder exteriorizar abiertamente sus dudas y miedos. Escuchando activamente proporcionamos al otro la posibilidad de compartirlas, dando apoyo emocional.

¿Cómo aplicar la escucha activa en la vida diaria?

1. Evita distracciones en el momento del diálogo.
2. No seas selectivo al escuchar lo que el otro debe decir.
3. Da al interlocutor el tiempo preciso para comunicarse.
4. No permitas que tus perspectivas personales interfieran con el proceso judicial de ponencia.

Mostramos en qué consiste esta práctica que promueve el respeto hacia el resto y las ventajas que le reporta a los estudiantes.

Un oyente es una persona que escucha algo. El concepto procede del verbo percibir que está refiriendo a la capacidad de un individuo para divisar un sonido. Los seres humanos oímos gracias al sistema auditivo.

La persona que sabe escuchar nos estimula a platicar
En muchas ocasiones, cuando nos enfrentamos a un conflicto o tenemos que jalar una resolución complicada no tenemos totalmente claro qué es, realmente, lo que nos está preocupando.

Significa dirigir nuestra propia atención hacia el otro, adentrando en su ámbito de interés y su marco de referencia. El diálogo exige una actitud sigilosa de escucha atenta.

Como para saber a qué nos estamos refiriendo, podemos proferir que saber escuchar es aquella destreza que nos posibilita entender a el resto, no sólo por lo cual respecta a la información que nos transmiten, sino más bien en saber divisar sentimientos y perspectivas de las otras personas e interesarse activamente por sus propios preocupaciones.

Se puede delimitar la solidaridad como la toma de conciencia de las necesidades extrañas y la voluntad de ayudar para cubrir esas necesidades. Es un valor que se debe enseñar tanto en el ámbito familiar como en la escuela.

Una persona altruista se caracteriza por tener una tendencia natural de respaldar a otros mediante el esfuerzo personal buscando el bienestar de la comunidad o sociedad y actúa esperando innovar un mundo mejor.

La solidaridad es un sentimiento de unidad que nos mueve a entregar sin aguardar percibir nada a cambio. Se está tratando de la base de muchísimos evalúes seres humanos que hemos adquirido a cuartear de la infancia y que conjugan aquello que somos: fidelidad, compañerismo, empatía, amistad, amor, respeto 26

Se llama persona altruista a la persona que ayuda desinteresadamente a el resto sin esperar ninguna recompensa a cambio.

10 pasos para saber escuchar a el resto

1. Deja clima para que se explique.
2. Haz estás preguntando acerca de el tema.
3. Prosigue el ritmo de la charla.
4. Sostenga el contacto visual.
5. Asiente con la cabeza de vez en en cuanto.
6. No cortes a la otra persona.
7. Reformula la pregunta si no te has enterado.
8. Interésate por aspectos de su vida.

El escuchar atento ayuda a ambas partes a sostener la calma cuando se trata de una crisis o bien debatir un tema emocional. Aumenta la confianza. Los voluminosos oyentes tienen tendencia a tener más autoestima y una mejor imágen de sí mismos puesto que la escucha está trabajando hacia el establecimiento de correlaciones positivas.

La escucha empática, consiste en sintonizar con los sentimientos del interlocutor, en ponerse en sitio de la persona que tiene algo que proferir. Tenemos que escuchar con atencion el contenido emocional de los mensajes que nos desean transmitir.