Día de Muertos: Una Celebración Histórica

En Méjico, la Fiesta de Todos Santos y Creyentes Difuntos, o bien Día de Muertos, es una conmemoración que fusiona tradiciones católicas e indígenas, y en ella se conmemora el retorno temporal de familiares y seres queridos a la tierra de los vivos.

Ésta serie de televisión bebe su nombre del pasaje Todos Santos. Día de Muertos del texto El Laberinto de la Soledad escrito por Octavio Paz publicado por primera vez en 1950.

Ensayo: Todos los Santos, Día de Muertos Titulo: Todos los Santos, Día de Muertos Tema: Trata encima de la cultura y tradiciones de México. Enfoque: El enfoque que se maneja es de tipo Sociológico, puesto que realiza un análisis sobre las fiestas tradicionales que tiene el mexicano.

La muerte mexicana es el espéculo de la vida de los mexicanos. Ante las dos el mexicano se cierra, las ignora. Viejo o adolescente, criollo o mestizo, general, operario o licenciado, el mexicano se me aparece como un ser que se encierra y se conserva: máscara el rostro y careta la sonrise.

Una civilización que niega a la muerte acaba por negar a la vida. ( Octavio Paz, Todos Santos Día de Muertos, El laberinto de la soledad, 1950).

El solitario mexicano ama las fiestas y las reuniones públicas. Todo es oportunidad para reunirse. Cualquier pretexto es bonachón para interrumpir la marcha del clima y celebrar con festejos y ceremonias hombres y eventos. Somos un pueblo ceremonial.

Los días voluminosos de la conmemoración son el 1 y 2 de noviembre, pues la juerga se divide en dos partes: el día 1, que es el día de Todos y cada uno de los Santos, se recuerda a los pequeños difuntos y el día 2, el llamado Día de Muertos, es en el que se honra la memoria de los difuntos adultos.

Orígen de la festividad
El impulsor de la mesura fue el Papa Gregorio III, que durante su tiempo de pontífice (731-741) consagró una capilla en la Basílica de San Pedro en honor de todos y cada uno de los Santos. De ésta forma, se buscaba que todos y cada uno de los santos fuesen reverenciados al menos un día al año.

Las solemnidades son celebraciones esenciales y días sagrados de obligación. El Día de Todos y cada uno de los Santos es una enorme conmemoración para la Iglesia. Dentro del Día de Todos y cada uno de los Santos, estamos obligados a asistir a Misa como para alabar y adorar a Dios y honrar la vida de los santos.

Origen de la conmemoración
Una de las primeras muestras de esta festividad se remonta al domingo previo de Pentecostés en Antioquía. No obstante, no fue hasta la llegada de Gegorio IV, el 101 ^er papa de la Iglesia católica, a mediados del siglo IX cuando el Día de los Santos se fijó el para el día 1 de noviembre.

Orígen de la festividad
No es otro que de temperamento religioso, de la Iglesia Católica, y se remonta a lleva a cabo prácticamente 1.300 años. El impulsor de la medida fue el Papa Gregorio III, que a lo largo de su clima de pontífice (731-741) consagró una capilla en la Basílica de San Pedro en honor de todos y cada uno de los Santos.

El mexicano puede doblarse, humillarse, ‘agacharse’ pero no ‘rajarse, esto es, permitir que el mundo exterior penetre en su amedrentad. Para el mexicano la vida es una posibilidad de chingar o de haber sido chingado.

En Máscaras mexicanas, el segundo ensayo de esta compilación, Paz lleva a cabo una reflexión ya no al mexicano per se, sino a sus propios formas de haber sido y de sentir, enfocándose en sus propios sentimientos y en su hermetismo, conociéndolo como una característica natural: El hermetismo es un recurso de nuestro propio recelo y desconfianza.

A Paz le interesa destacar que Mesoamérica no es solamente el mundillo de los aztecas, sino algo más: una variedad de etnias, de tiempos y de espacios, adonde los aztecas son los últimos en aparecer en la evolución general del pasado indígena.