¿Cómo Duermen las Geishas?

Debido a la complejidad de sus peinados, las Geishas aprendía a dormitar con una suerte de pequeño alzador de madera (20cm de ancho por 16cm de alto) denominado Takamuara y cubierto con un cojín de algodón debajo de sus cabezas.

El mizuague 13la primera vez de una geisha 13 era el principal medio de comunicación a través de el cual la propietaria de la joven recuperaba lo invertido.

Las geishas atavían solamente quimonos de seda que se cierran con un ancho cinturón que se anuda por la espalda, el obi.

Hoy en día, las geishas están trabajando, sobre todo, en salones de cara al público, aunque asimismo pueden ser contratadas por un particular como para acontecimientos concretos. Sus propios tarifas no son asequibles, tal como explica Laura, una de las creadoras de la página web Japonismo, un espacio para hablar de la cultura de este mismo pais.

Los futones, o camas niponas, son un tipo de jergón, sin un núcleo firme o tieso, compuesto por un tejido exterior que se rellena de algodón, lana o guata sintética. El futón se coloca de manera directa sobre el tatami como para dormir y por la mañana se vuelve a almacenar.

Un moño con el pelo negro y liso, realizado por un peluquero para una semana (¡por ellos las geishas duermen sobre un reposanucas!), o una peluca.

7. Sin obligaciones sexuales. El objetivo primordial de una geisha es divertir y acompañar al usuario (puede incluír estipular nexos con algunas otras mujeres). No hay sexo de por medio.

De forma contraria que las cortesanas, las geishas eran mujeres autosuficientes e inteligentes que estaban viviendo de sus dotes artísticas y de su ingenio, sin estar sujetas a recios formalismos. Podían relacionarse sexualmente cuando quisiesen y con quien quisiesen y no estaban obligadas a vivir en los distritos de placer.

En el transcurrido, la ceremonia que marcaba el paso de maiko a geisha, o sea, el vado a la edad adulta de la joven, se llamaba mizuage o «desfloración ceremonial», es decir, la venta de la virginidad de la chavala.

Un danna era normalmente un hombrecillo adinerado, algunas veces casado, que poseía bienes como para financiar los costos del entrenamiento tradicional de la geisha y otros gastos considerables.

Estas mismas eran las meretrices mejor pagadas, que tenían que sus servicios sólo y solamente a hombres de clase alta como reyes, ministros y demás ricos de la época.

El tsukesage es un quimono semi-formal cuando no lleva blasones familiares, que es la forma más normal en la cual lo verás. Sin embargo, en ocasiones puedes encontrar alguno con blasones, transformándolo en un poco más formal. De llevar blasones, tendrá uno en la espalda.

Un danna era normalmente un hombrecito acaudalado, algunas veces casado, que tenía recursos como para financiar los costos del adiestramiento tradicional de la geisha y otros gastos notables.

El kimono, obi y calzado
Las geishas están llevando un kimono de mangas cortas, como cualquier mujer desposada o de cierta edad. De esta forma, prueban su vivencia como geishas. Además, una vez la joven se convierte en geisha, va a llevar un nudo en constituye de cajita, típico de las mujeres que atavían quimonos.

Una geisha (‚b8€05), pronunciado [guéisha], es una artista clásico nipona cuyas tareas consisten en divertir en fiestas, reuniones o banquetes, ya sean exclusivamente femeninos como masculinos, o mixtos. Su aprendizaje suele iniciar a los quince años, o en ocasiones a edades más tempranas.

Las geishas sirven la bebida y el té y están ofreciendo bailes tradicionales, musica de shamisen 13el instrumento que las caracteriza 13 y cántico. Asimismo están instruidas en la oratoria y en asuntos de actualidad, como verbigracia economía, politica y bolsa, y dan conversación a los asistentes.

Cuando la maiko se convierte en una geisha, va a ganar bastante dinerillo laborando en una casita de té (ochaya), adonde entretienen a los hombres mientras éstos jalan alguna bebida: grato conversación, música, baile y espectáculos de artes tradicionales.

40.000 yenes Contratar a una geisha puede costar entre 20.000 y 40.000 yenes, en dependencia de su prestigio. Contratar a una geisha cuesta con frecuencia a caballo entre 20.000 y 40.000 yenes, precio en el cual no se incluye el alimento, conque para disfrutar de sus propios dotes artísticas resulta necesario hacer un desembolso considerable de dinerito.