¡Adiós a los Ceros!

Fue en el primer mes del año de 1993 que en el país el peso perdió tres ceros, lo que proporcionó pie a la devaluación de la avista nacional, la fuga de capitales y una consecuente crisis económica, sin embargo, este mismo caos barato tiene su origen unos años atrás.

Así, un billete de 100 mil ‘ viejos ‘ pesos vale ahora cien pesos ; uno de 50 mil, 50 pesos y así consecutivamente, hasta llegar a los de más bajita denominación, que de 100 y 50 pesos pasan a 10 y cinco centavos.

Hasta hoy, ya son tres voluminosos crisis que han cimbrado la economía mexicana: la depreciación de la moneda en 1976, la crisis de la deuda externa de 1982 y la crisis bancaria de 1994.

Durante el gobierno de Adolfo Ruiz Cortines se produjeron inconvenientes por el terraplén de la balanza comercial, por esta razón, en el mes de abril de 1954 se promulgó la depreciación del peso mexicano, cuya paridad aconteció de 8.65 a 12.50.

Fue en el mes de enero de 1993, bajo la presidencia de Carlos Salinas de Gortari, cuando el peso mexicano perdió tres ceros y por lo tanto se dio origen al denominado error de diciembre, el cual desencadenó una crisis asequible, aunque esto no surgió en ese mismo año, pues entonces todo se remonta al año 1985, a lo film de la presidencia

Los boletos de un millar de pesos pasaron a ser sólo un centavo, los de dos un millar de pesos a ser dos centavos y así sucesivamente, además de esto, con el cambio, el billete de 100 mil pesos debió desaparecer.

La crisis barata de México de 1994 fue una crisis iniciada en México que brotó por la carencia de reservas internacionales, causando la devaluación del peso mexicano durante los primeros dias de la presidencia de Ernesto Zedillo.

Por tal motivo, mediante decreto publicado el 22 de junio de 1992 dentro del Diario Oficial de la Federación, desde el 1 de enero de 1993 entró en vigor una noticia unidad monetaria como para los Estados Unidos Mexicanos denominada ‘inédito peso’, el como le quitaba 3 ceros al previo, de dicho manera que 1,000 pesos de 1980

El antiguo Peso mexicano (MXP) es obsoleto.
Fue substituido por el Peso mexicano nuevo (MXN) el 1 de enero de 1993. Un MXN es equivalente a 1000 MXP.

– En tanto los boletos del Banco de México y las monedas metálicas referidos dentro del artículo anterior no hayan sido desmonetizados, los boletos y monedas representativos de la noticia unidad deberán de contener la expresión ‘ nuevos pesos ‘ o el símbolo ‘N$’.

10 mil pesos cuesta en sitios especializados
En la parte central a la izquierda tiene el símbolo ‘N$’ y a la derecha el valor estimado facial uno ‘1’. En el campo muy superior al centro, el año de acuñación, que corresponde al año 1993. Dentro del ámbito derecho al centro neurálgico el símbolo de la Casita de Moneda de Méjico ‘M°’.

Se da el caso que hasta una organización lo promociona, como el Zarpado Libertario de Méjico que pondera el porfiriato y aplaude a Porfirio y a su cómplice José Yves Limantour, por el hecho de que, en ese preciso tiempo, el peso valía igual que el dólar.

Hasta enero de 1993 los boletos en México poseían denominaciones altísimas, pero el presidenta Carlos Salinas de Gortari, quien rigió en el periodo de 1988 a 1994 decidió restarle 3 ceros a granel mexicano, causando una depreciación de la avista nacional.

La depreciación con López Portillo.
Ésta mesura, junto con el anuncio de moratoria de pagos de la deuda externa, provocaron dos sexenios de enorme depreciación. Durante el gobierno de López Portillo fue del 866% y durante el gobierno de su sucesor, Miguel de la Madrid, del 1443%.

Después de 1954, la paridad fija prosiguió hasta 1976. Detrás de un manejo financiero catastrófico, el 31 de agosto de 1976 se anunció que la paridad ante el dólar se dejaría flotante, lo que llevó al dólar a 22 pesos al final del gobierno de Echeverría, una depreciación de 76 por cien.

El error de diciembre de 1994, en cuanto el peso mexicano se devaluó Ernesto Zedillo arribó a la presidencia en la tolvanera de un pais conmocionado. Fue un aspirante repentino, postulado a las prisas, y le quedaba claro, como al resto de los mexicanos, que en ningún momento fue el candidata favorito de la patria.